Bienvenidos a Perinquiets Libros, una revista digital con novelas, relatos y artículos de cuatro autores que nunca se han tomado la escritura como una profesión, pero han compuesto multitud de novelas, relatos, teatro y ensayos no publicados en papel. Fernando Bellón, Segismundo Bombardier, Gaspar Oliver y Waltraud García.

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«Los hijos de Avrom», una novela sobre la dignidad humana

El equilibrio doméstico.

Una reseña de Segismundo Bombardier

Hace no mucho publiqué en esta bitácora una breve reseña cinematográfica, en la que anunciaba la lectura de Les Eaux Mêlées, una novela de Roger Ikon, titulada en español Los hijos de Avrom.

Ya la he terminado, y me propongo recomendarla con argumentos. Lo cierto es que la he leído en una edición en español de Plaza y Janés, recopilatoria de premios Goncourt (este libro lo fue en 1955), traducida meritoriamente por Consuelo Berges. Compré el libro hace décadas en una caseta de libros de lance de la Cuesta de Moyano de Madrid, y he aprovechado el confinamiento para leerla.

Los hijos de Avrom es una novela estupenda que mereció un justificado premio.

En primer lugar esta escrita en un “español” rico (he hojeado la edición original en la biblioteca de Lille, y el francés de Ikor es excelente), de un tono clásico, sin divagaciones estéticas ni laberintos de hormigón. Me tropiezo con novelas actuales de la Galia que se me atragantan por su contenido indescifrable y por su prosodia granítica. Imagino que en español los desvaríos literarios del presente en marcha serán parecidos.

Educar según el programa de la vida, no de los libros

Ilustra este artículo una libélula, animal frágil y bello. Viene a ser un símbolo del tema tratado por la autora del texto: la educación es cosa sólida, pero se convierte en algo gaseoso cuando se diluye en protocolos y normativas ajenos a la realidad vivida, todo muy bonito pero inútil. La reflexión viene a cuento cuando la vuelta a clase se ha convertido en un galimatías administrativo.

Por Sandra Maset, profesora de Educación Secundaria

Explicar el movimiento tectónico de placas a un grupo de chavales de 12 años puede parecer una misión imposible.

Bueno, no, explicarlo tira que va… pero que lo comprendan, lo interioricen, y sean capaces de explicárselo a otros… eso es otra historia.

Palcos a la esperanza

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Una reflexión de Ana Millás, dramaturga y actriz de Valencia

Érase una vez, un invisible invasor que se apoderó de gran parte del mundo.

Un mundo que se consideraba infeliz, pese a tenerlo todo.

Un mundo incapaz de ponerse de acuerdo en lo más nimio, plagado de desigualdades sociales y económicas.

Un mundo de egoísmo y envidias. Irreverente y despiadado ante la naturaleza y sus gentes menos favorecidas.

Un mundo en el que la normalidad, se había convertido en el problema.

Érase una vez, a principios del año 2020, un mundo obligado por el COVID19, a vivir confinado en casa.

El “Quédate en casa”, fue el leimotiv con el que se conminó a la ciudadanía a recluirse en sus domicilios. La grave situación, a fin de frenar cuanto antes el número de infectados, así lo requería.

El futuro ineluctable

Un artículo de Segismundo Bombardier

La otra noche me entretuve viendo una versión francesa de “Family Plot», de Alfred Hitchcock, que en España se tituló “La Trama”, y en inglés es un juego de palabras que hace referencia a las tumbas familiares de los cementerios, y en este caso evoca una intriga dramática que concierne a varios parientes. Fue un acierto, un alivio, dormí como un niño arrullado.

Fue la última película dirigida por el inglés, y transformó un complot (debe venir de plot, ¿no?) siniestro en una comedia casi ligera.

Por la noche, después de cenar, he de ver una película de entretenimiento. Hará cosa de diez años tuve una compañera de oficio (en realidad era administrativa de cierto nivel) que bajaba de la Red (supongo que oscura) o compraba películas angustiosas producidas en Asia: japonesas, chinas, coreanas. Decía que no podía ver otra cosa que dramones postmodernos donde personajes patéticos sufren muchísimo por dentro sin que se advierta que pasa nada exteriormente.

La nueva raza

Una fantasía filosófica de Segismundo Bombardier

Un longevo sabio que aspiraba a retratar el alma de los seres humanos dijo un día: “Nunca podrás entender las acciones de los hombres si no conoces sus creencias o sus principios.”
El sabio estaba seguro de que su proposición era verdadera.
Decidido a encontrar un sentido a la confusión en la que vivía su pueblo y su gobierno, empeñó sus fuerzas en descubrir las creencias o los principios de las personas más acaudaladas y de los políticos más poderosos. Descubierto el secreto, no costaría nada anticipar sus decisiones, que ordenaban la vida del pueblo, y rectificar las equivocadas o sustituir a los malos gobernantes y egoístas acaudalados por otros más virtuosos. Empleó tanto tiempo en sus averiguaciones, que los ricos y los poderosos se fueron sucediendo, sin que el pueblo saliera de su confusión y dependencia.

Volver a lo de antes

Un artículo de Fernando Bellón

Pocos serán los que a estas alturas de la pandemia duden de que la vida no será la misma cuando vuelva la “normalidad”, sea esta la que sea. Y los que no duden viven en Jauja.

La clase media ilustrada lo vamos a pasar mal, peor que la clase media semiilustrada y que la clase media baja y la clase baja, a las que la ilustración les importa un rábano. No pasa nada. Estas clases sin ilustrar son un peligro para la clase alta dominante, y se ocupará, como puede desprenderse de las medidas económicas dispuestas por las autoridades nacionales e internacionales, de que no les falte lo imprescindible, sobre todo pan y circo. Está por ver que les salga bien la táctica.