
Porta Ferrada del monasterio de Sant Feliu de Guixols. Dicen que mozárabe, pero no excluyen que puede ser visigoda.
Gaspar Oliver
Estoy leyendo un excelente libro de historia: Los visigodos, hijos de un dios furioso, de José Soto Chica, editado por Despertaferro. La Spania visigoda está ausente de la memoria histórica de la mayoría de los españoles, tiene mala prensa. En mis días de estudiante, el empollón de la clase recitaba sin atascarse la lista de los treinta y tres reyes godos. El estado hispanogodo es el apestado de nuestra historia: cruel y regicida, débil y fragmentado, incapaz de contener una invasión de bereberes que dio al traste con él.