Atrapado por la pandemia en España, un viejo amigo submarinista australiano ha pasado unos días en Valencia. Debe de ser uno de los pocos turistas aterrizados en la ciudad. Aficionado a la fotografía, y teniendo todo el tiempo disponible, se ha dedicado a recorrer en bicicleta la Huerta de Valencia, parándose aquí y allá a tirar fotografías. El mayor valor de estas tomas es que muestran a visión de un submarinista australiano de algo tan ajeno a él como las Fallas para un calvinista estricto. Carlitos Granda es hijo de asturianos emigrados a las antípodas en los años sesenta del siglo pasado, fue bautizado católico, y hace gala de ello sobre todo en Sydney, donde vive, para distanciarse de los protestantes blancos y de los aborígenes, porque él es un tipo de tez oscura. Insisto al curioso lector, fíjese bien, y descubrirá la mirada del submarinista australiano en estas instantáneas.