Buenos Aires, 2005

En el invierno austral de 2005 Antonia y Fernando viajamos a Argentina. Algunas de estas fotos corresponden a un día en la plaza de Mayo. Trabajadores de distintos ramos y de distintos lugares del país llevaban un tiempo acampados. Nuestra cámara era una sencilla Olimpus Digital. Las fotos, para ser de aficionados, resultan espléndidas, porque muestran la vitalidad y la desesperación que había desplegadas frente a la Casa Rosada. Al repasar las fotos quince años después comprendo que su mayor valor no está ni en la cámara ni en los fotógrafos, sino en las personas retratadas y en los escenarios. Buenos Aires es una ciudad fabulosa, es decir, de fábula. (F.B.)

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