Todavía estaba en pie el podrido Palast der Republik, construido por el gobierno de la DDR sobre el solar del antiguo Schloss de los Kaisern. Habían montado en su interior a medio desmontar una exposición en la que los artistas habían dado rienda suelta a su imaginación y a su paroxismo. Una fotografía es de Antonia y de Fernando con Waleska y Hauke, en Friedrichshein, igual que la de las bicis y los contenedores de vidrio y la del balcón en busca de espónsor. La nocturna de Antonia está tomada en Karl Marx Allee. La de Antonia en una instalación cochambrosa es del vestíbulo del Volksbühne. Y otra de Antonia con George Tabori está tomada en la cantina del Berliner Ensemble. Hoy Berlín ha dejado de ser decadente, y los acólitos de lo mugriento han entregado la ciudad a los campeones del Skyline de acero y vidrio.