Fernando Bellón
En las últimas semanas mi mujer y yo hemos sido protagonista de una serie de accidentes que podían haber sido fatales. De todos hemos salido casi indemnes, y atendidos con eficacia por los instrumentos estatales al efecto. La vida corriente, la vida diaria funciona, está garantizada, el estado no se ha paralizado ni parece a punto de quebrarse. Sin embargo, la prensa antigubernamental advierte de un Apocalipsis que no termina de llegar. Seguir leyendo